10/3/08

Un poco de historia


La publicidad y la moda son sectores que a lo largo de nuestro siglo han estado muy unidos. Al final, los dos tienen necesidad del otro, ya que los creadores tienen que dar a conocer sus obras y la comunicación necesita clientes para sus creatividades.

El importante valor de los anuncios como retrato fiel de la sociedad a la vez que
son representativos de la evolución de ésta. Los felices años 20 junto a la sofisticación, la pobreza y sentimiento de utilidad de la posguerra española y la apertura de los años posteriores hasta llegar a nuestra época.
El cartelismo español, en el siglo XIX, mostraba a la mujer con vestidos largos que no dejaban descubrir ninguna parte del cuerpo, a partir de principios del siglo XX el hombre comienza a compartir protagonismo con la mujer en los anuncios de moda.
Años más tarde, durante los felices años 20 del siglo pasado, comienza el interés por la sofisticación. A la vez que el color cobra mayor viveza, el ingenio de lo creativos de la publicidad de la época empieza a quedar patente en sus trabajos. En esta época ya no es necesario mostrar la totalidad de la figura humana para anunciar un producto. Dos ojos y un sombrero son elementos suficientes para dar a conocer al público una determinada marca de moda.
Asimismo, se puede comprobar cómo a medida que avanza el siglo XX, los anuncios en la prensa escrita empiezan a presentar a las mujeres con mayor glamour, con vestidos de noche y dejando ver determinadas partes de su cuerpo. Los anuncios de zapatos y prendas deportivas comienzan a aparecer durante la primera mitad del siglo XX.
Pero son los años 60 el verdadero punto de inflexión a la hora de entender la publicidad. En esta década el mensaje publicitario adquiere un valor fundamental para los anunciantes. El cómo se vende la moda resulta tan importante como la propia moda.
Asimismo, a partir de la segunda mitad del siglo XX la sociedad vive cada vez más preocupada por la imagen. Las fibras sintéticas sustituyen al algodón y en esta época se multiplican los anuncios de ropa interior. Todo ello entra en contraste con la publicidad de posguerra, centrada en promocionar prendas para proteger el cuerpo del frío. Los primeros anuncios en los que aparecen mujeres desnudas dejan entrever a una sociedad que se va a abriendo al exterior.
Los años 70 estuvieron marcados por la aparición de los grandes almacenes. El sastre y la modista de toda la vida dan paso a la moda que se vende en las grandes superficies. A partir de este momento, ellas son las encargadas de marcar las pautas en la forma de vestir de los españoles, utilizando para ello la publicidad.
A partir de esta década, la sofisticación de la sociedad no tiene vuelta atrás, y eso se nota en la aparición, por ejemplo, de anuncios de grandes marcas de relojes. Ese camino hacia la sofisticación también queda patente en los años 80 y 90, época en la que los perfumes son los protagonistas de gran parte de las páginas de publicidad.
En esta época, igualmente, los anunciantes comienzan a preocuparse por cubrir una de las demandas de la sociedad del consumo: el ocio. Así, una y otra vez, es frecuente ver en la prensa publicidad de grandes marcas deportivas invitando a practicar deportes o marcas de automóviles sugiriendo el último modelo. Una tendencia que se generaliza en el siglo XXI, cuando nadie puede imaginar su vida cotidiana sin anuncios y cuando no hay duda alguna del impacto de la publicidad en la sociedad.

Todo esto se presentó en forma de exposición hace unos años en el Mercado Puerta de Toledo. Esta exposición se llamó “La publicidad vive la moda” y aquí podréis saber más de lo que en ella se expuso

Macarena Martínez Villanueva

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