25/3/08

"No todo lo que brilla es oro"

Al parecer, no todo lo que brilla es oro. Detrás de los extraordinarios diseños y de las grandes campañas publicitarias, se esconde algo más.

¿Dónde se fabricaron las zapatillas que llevas puestas? ¿Quién las fabricó? ¿A qué precio? Seguramente a menos de una sexta parte del precio final.

La situación del comercio internacional no es desconocida, sin embargo parece que de momento todo va a continuar igual.

Un artículo publicado por elperiódico.com (www.elperiodico.com) en 2007, informaba de que grandes marcas de moda ocultan que fabrican en los países más baratos, como son oriente, Marruecos o Europa del Este. Entre dichas marcas, podemos encontrar Adolfo Domínguez, Loewe o Caramelo.

Según el artículo mencionado anteriormente, las grandes marcas se resisten a dar datos de cuantas fábricas o subcontratados tiene en dichos países, como repercute la deslocalización en su producción nacional y de que manera los bajos costes se notan el precio. Muchas marcas aprovechan la actual legislación (que no obliga a informar del país de fabricación) para no indicar en sus etiquetas el lugar de fabricación, al considerar que el “made in...” no vende bien. En numerosas ocasiones se limitan a señalar la sede social de la empresa, obligación legal mínima.

Eduardo Morcillo, director para España de Interchina Consulting (interchinaconsulting.com/esp/index.php), el actual modelo productivo dificulta identificar el origen de los productos: "El cuello de una camisa se puede producir en un país, las mangas en otro, el cuerpo en un tercero y finalmente se cose todo en un cuarto país. ¿Dónde se fabrica?".

www.elperiodico.com/default.asp?idpublicacio_PK=46&idioma=CAS&idnoticia_PK=371014&idseccio_PK=1009

El motivo de la deslocalización es el de obtener mayores beneficios, produciendo lo mismo. Para ello, se aprovechan de la mala situación de miles de personas, las cuales suelen subsistir con unos dos euros al día, un dato increíble en comparación con el precio de los bolsos, zapatos o camisetas que posteriormente se venden en Occidente, superando muchas de estas prendas los 500 euros.

Un informe realizado por OIT en 2004, desveló que en esa fecha, más de 1.400 millones de trabajadores (la mitad de los empleados del mundo) ganan menos de dos dólares diarios y viven atrapados en la pobreza.

En el documento “DESLOCALIZACIONES. Ganar más, pagando menos”, publicado por Pep Lobera y David Llistar del Observatorio de la Deuda en la Globalización (ODG), podréis obtener mucha más información acerca de lo tratado en los dos últimos párrafos. www.odg.cat/documents/enprofunditat/Transnacionals_espanyoles/desloc_udl_cast.pdf


También es cierto que no debemos meter a todas las empresas en el mismo saco. Determinadas firmas, entre ellas algunas españolas como la diseñadora Gloria Estellés (www.gloriaestelles.com), no apuestan por la deslocalización al considerar que dicha acción incide en el detrimento de la calidad de la prenda, posición obviamente discutible.





Nuria Gío Medina

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Ana Blasco Guirau.